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Día 6: Escuchar el mundo para encontrarnos

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Si alguna vez dudé del poder de una pausa, hoy comprendí que detenerse —con honestidad— puede ser un acto profundamente revolucionario. En este sexto día en Gummersbach, la sala de seminarios no fue simplemente un espacio para ideas: fue un espacio para escuchar. Así, sin adornos. Escuchar como verbo esencial, como principio ético, como acto radical. Nos pidieron pensar en algo sencillo y devastador: ¿Cuál es la pregunta que más quisiéramos poder responder para nosotros mismos en este momento? Y con esa pregunta, comenzó un proceso interior inesperado. El aula, con sus banderas sobre la mesa y sus sillas incómodas de formación alemana, se transformó en un lugar de encuentro íntimo. No con el otro, al menos no de inmediato, sino con uno mismo. Porque cuando escuchamos, no solo descubrimos al otro. Descubrimos nuestra propia humanidad. Ese rincón que no habita en las certezas ni en las respuestas correctas, sino en las fisuras. En lo que no sabemos nombrar del todo. En lo que solo a...

Día 5 - Postales de una tarde en Colonia

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  No sé si fue el sol alemán o la contundencia gótica, pero la catedral de Colonia me pareció más un dogma esculpido que un templo. Hay algo en sus torres que parece gritar: “¡Arrepiéntete ahora o prepárate para una eternidad sin cerveza!” A sus pies, turistas, escolares y feligreses se mueven con la misma reverencia con la que se entra a un club selecto: con respeto y celular en mano. Yo venía de cuatro días intensos en Gummersbach hablando de libertad de prensa, salud mental y consultores políticos que juegan con nuestras emociones como si fueran líneas de código. Así que la tarde en Colonia tenía que ser algo distinto. Una pausa, un sorbo de modernidad con perfume histórico. Y sí, terminé en la patria del agua de Colonia, literalmente. Entre vitrinas de fragancias con nombres barrocos, descubrí esculturas kitsch de leones vigilantes, lámparas de diseño orgánico y un escaparate tan provocador como el eslogan de una campaña electoral populista. Porque en Colonia conviven dos almas...

Día 4: La libertad también se cuida

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En Gummersbach, hoy hicimos una pausa sin dejar de avanzar. Fue un día para mirarnos hacia dentro, para reconocer que el periodismo —ese oficio de riesgo y de sentido— también necesita respirar. No es solo el cuerpo el que se agota: es el alma, la voluntad, la palabra. Y sin palabra no hay periodismo. Y sin periodismo no hay libertad. La mañana fue para hablar de burnout, ansiedad, miedo. Pero también de lo que sostiene: las redes de apoyo, la terapia, el reconocimiento de que estar bien no es un lujo sino una forma de resistencia. Aya Mhanna nos habló desde la experiencia y el cuidado, nos recordó —como quien enciende una luz sin aspavientos— que proteger la libertad de prensa empieza por cuidar a quienes la ejercen. Luego vinieron las preguntas de siempre, esas que no se agotan porque tampoco se resuelven del todo: ¿dónde está el poder?, ¿quién controla el relato?, ¿qué amenazas enfrentan los medios? En el grupo latinoamericano —rodeado de colegas que ya no son extraños— hablamos ...

Día 3 – La llama que arde e ilumina

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Gummersbach, 23 de junio de 2025 El instante El pincel vacila un segundo antes de hundirse en el rojo. La mano que lo sostiene no tiembla, pero duda. Frente a nosotros, una tela blanca comienza a llenarse de símbolos: multitudes de colores, una llama viva y una consigna escrita en muchos idiomas: “Freedom"... Luego se decidió que la pintura colectiva se llamara "Freedom of the press is like a flame — it burns, but it illuminates.” Yo pensaba que otro buen título podría ser: "La prensa guía al pueblo". En todo caso, como describe mi colega Vitas de Lituania, la pintura evoca la idea de la Cueva de Platón. La escena se repite varias veces desde distintos ángulos. Nadie habla. Solo el sonido del agua turquesa donde los pinceles se limpian como si olvidaran brevemente todo lo que han absorbido del mundo. El pensamiento ¿Qué significa sostener esa llama cuando ya no calienta, solo duele? ¿Cuándo ilumina tanto que encandila al poder? Hoy hablamos entre otras cosas de med...

Día 2 – Democracias sin demócratas

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    Puerto de entrada a Alemania: Frankfurt. Hora alemana: 22:06. El ICE 1222 se detiene con una precisión germánica que hace que uno dude si ya ha llegado o si apenas empieza el viaje. Vengo desde Quito. O mejor dicho, desde esa América Latina donde ejercer el periodismo es sinónimo de caminar por el filo de la navaja: el filo del poder, del crimen, del odio. Y también, del olvido. Gummersbach, decía alguien, es un pueblo que no suena a poder. Pero aquí, entre colinas verdes y arquitectura funcional, se encierra una de las más intensas usinas del pensamiento liberal europeo . El equivalente a una abadía laica, pero donde en lugar de incienso se respira pluralismo, libertad y política comparada. La llegada a la Akademie fue tranquila, casi silenciosa, como si los árboles y el cielo nublado fueran cómplices de una iniciación. Tras la cena —una mezcla de comida reconfortante y conversación multilingüe— vino el primer ritual de esta comunidad: una presentación de la Friedrich Nau...

Desde Gummersbach, Día 1 – Una colina, muchas preguntas

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Llego a Gummersbach como quien asciende hacia un monasterio laico. Hay algo de ritual en estos viajes: salir de Quito cargando incertidumbre, aterrizar en Frankfurt, perderse en la eficacia helada del ICE alemán, y aparecer, varias horas después, en esta colina donde los liberales —sí, esos que aún creen en las palabras— resisten al cinismo de los tiempos. Vengo a participar en el seminario “Freedom of the Press: Challenges in the Digital Age” organizado por la Fundación Friedrich Naumann. Pero no vengo solo como activista o director de una ONG. Vengo también como un hombre lleno de preguntas. Porque hay seminarios que se olvidan al día siguiente y otros, como este, que te exigen repensarlo todo: tu oficio, tus certezas, tus miedos. Llego con la mente sacudida por un mundo que parece haberle declarado la guerra a la racionalidad, la democracia y el periodismo. O mejor dicho: a la verdad dicha en voz alta. A la palabra que incomoda. A la pregunta que molesta. ¿Qué significa defender la ...

American Beauty El disco que florece despacio.

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No hay prisa. Ni siquiera el vinilo parece girar: parece respirar. La aguja baja, pero no irrumpe. Se posa. Y entonces, sin estridencias, comienza. Box of Rain. Una guitarra acústica marca el paso como un río. La voz no canta: conversa. La armonía no vuela: camina contigo. American Beauty no es un disco. Es una mañana de domingo con pan casero y luz tibia. Es una flor silvestre que se abre sin permiso en medio del asfalto. Es la contracultura colgando la chaqueta de cuero, apagando el ácido y diciendo: “Ven. Siéntate. Escucha esto. Lo hicimos para ti.” Aquí no hay solos virtuosos ni pirotecnia eléctrica. Hay pedal steel. Hay mandolina. Hay voces que se trenzan como ramas en primavera. Sugar Magnolia no endulza: ilumina. Friend of the Devil sonríe desde su tristeza. Ripple… Ah, Ripple es eso que uno quiere que le lean al final del camino, cuando ya no queden preguntas. 🪕 Escuchar este disco no es viajar. Es regresar. A un lugar que tal vez nunca existió, pero que ...

Diarios Estoicos: A prueba de adhesivo

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En las grandes superficies de la vida, la fortuna siempre ha sabido presentarse como un descuento imperdible: atractiva, súbita, decorada con papel dorado. Pero si uno escucha con atención —y sobre todo si ha leído algo de Séneca en noches de lluvia o de desvelo—, uno descubre que lo suyo no es dar, sino pegar. Y como los más peligrosos adhesivos industriales, se pega sin pedir permiso. Dice Séneca que “la fortuna no tiene manos largas; a nadie atrapa si no está pegado a ella”. Es una advertencia de las que valen su peso en oro (y justo por eso, sospechosa): ¿y si somos nosotros quienes nos entregamos voluntarios al yugo dorado? ¿Y si la esclavitud más seductora es la que se disfraza de éxito? No es casual que el estoicismo recomiende el salto, el alejamiento, la fuga elegante. No para vivir como anacoretas del siglo XXI, sino para conservar lo único verdaderamente propio: la autonomía del alma. La dignidad de no deberle nada a esa fortuna que hoy te aplaude y mañana te vomita. Alejars...

Carta abierta a Primicias En respuesta al artículo “Ley de Inteligencia para dummies” de Felipe Rodríguez Moreno

Quito, 17 de junio de 2025 Señores de Primicias, Presente. He leído con una mezcla de asombro, ironía y preocupación el artículo del abogado Felipe Rodríguez titulado “Ley de Inteligencia para dummies”, publicado el 13 de junio. Su lectura me dejó la sensación de haber asistido a una clase de derecho penal impartida por un entusiasta del poder sin controles, de esos que confunden vigilancia con seguridad y creen que los derechos fundamentales son un lujo escandinavo que Ecuador no se puede permitir. Rodríguez defiende la recién aprobada Ley del Sistema Nacional de Inteligencia con un entusiasmo que raya en lo temerario. Celebra que ahora el Estado pueda interceptar comunicaciones sin orden judicial, obtener datos personales de ciudadanos sin autorización previa y ejecutar operaciones bajo un manto de fondos reservados, sin fiscalización previa de la Contraloría. Todo esto, claro está, en nombre de la seguridad nacional. Nos quiere convencer de que si uno no es narco, corrupto o mafioso...