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Segundas andanzas: Entrada 3 – Días útiles, lunas inútiles

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El trabajo y sus sombras Hubo días de escritura y de papeles. No los reniego: también son parte del viaje. Informes que se corrigen como si uno alineara adoquines bajo una tormenta. Listas, rúbricas, decisiones. Una jornada útil, con la utilidad de lo que exige estar despierto más allá del cuerpo. Pero el alma no pidió permiso. Y se fue por su cuenta.   Insurrección melódica Por la noche, Bresca. Cena con nombre de sur y menú como abrazo. Pasta casera maravillosa, aunque la experiencia en conjunto no fue tan memorable como en La Zarza.  Una mujer a mi lado hablaba bajo y miraba a su hijo como si estuviera aprendiendo de él. Yo miraba el vino y lo dejaba decir. Después, en casa, El Último de la Fila. “Insurrección” en versión 2023. Tan vigente como un reproche. Tan limpia como una cicatriz ya asumida. Escucharles es volver a una adolescencia más digna, donde la rabia tenía guitarra y las heridas, armonía. El vinilo nuevo reposa en mi escritorio como un talismán de algo que ...

Día 12 – Bitácora final: la república imaginada, la escucha conquistada

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  Hay finales que no cierran, solo se disuelven lentamente en la conciencia. Este es uno de ellos. Última mañana en Gummersbach. La sala está en silencio, pero aún flota en el aire el eco de tantas lenguas, ideas, desacuerdos, chistes, traducciones, silencios. Las sillas vacías no son sólo muebles: son memorias en pausa. La cartulina del ejercicio colectivo —la que dibujaba una “República de la Prensa”— quedó recostada en un rincón, como un manifiesto modesto y sin firma. Y sin embargo, ahí está: aún más real que muchas constituciones. Este seminario no fue solo un programa. Fue una pausa lúcida. Una república momentánea. Una escucha conquistada. Aquí aprendimos que la libertad de expresión no es un derecho abstracto ni una batalla ganada. Es una tarea cotidiana, plural, desgastante, reparadora. No se ejerce solo desde las redacciones o los micrófonos, sino también desde las preguntas que uno se hace, las dudas que se permite, el silencio que cede al otro. En medio de la avalanch...

Día 6: Escuchar el mundo para encontrarnos

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Si alguna vez dudé del poder de una pausa, hoy comprendí que detenerse —con honestidad— puede ser un acto profundamente revolucionario. En este sexto día en Gummersbach, la sala de seminarios no fue simplemente un espacio para ideas: fue un espacio para escuchar. Así, sin adornos. Escuchar como verbo esencial, como principio ético, como acto radical. Nos pidieron pensar en algo sencillo y devastador: ¿Cuál es la pregunta que más quisiéramos poder responder para nosotros mismos en este momento? Y con esa pregunta, comenzó un proceso interior inesperado. El aula, con sus banderas sobre la mesa y sus sillas incómodas de formación alemana, se transformó en un lugar de encuentro íntimo. No con el otro, al menos no de inmediato, sino con uno mismo. Porque cuando escuchamos, no solo descubrimos al otro. Descubrimos nuestra propia humanidad. Ese rincón que no habita en las certezas ni en las respuestas correctas, sino en las fisuras. En lo que no sabemos nombrar del todo. En lo que solo a...