Día 2 – Democracias sin demócratas

Puerto de entrada a Alemania: Frankfurt. Hora alemana: 22:06. El ICE 1222 se detiene con una precisión germánica que hace que uno dude si ya ha llegado o si apenas empieza el viaje. Vengo desde Quito. O mejor dicho, desde esa América Latina donde ejercer el periodismo es sinónimo de caminar por el filo de la navaja: el filo del poder, del crimen, del odio. Y también, del olvido. Gummersbach, decía alguien, es un pueblo que no suena a poder. Pero aquí, entre colinas verdes y arquitectura funcional, se encierra una de las más intensas usinas del pensamiento liberal europeo . El equivalente a una abadía laica, pero donde en lugar de incienso se respira pluralismo, libertad y política comparada. La llegada a la Akademie fue tranquila, casi silenciosa, como si los árboles y el cielo nublado fueran cómplices de una iniciación. Tras la cena —una mezcla de comida reconfortante y conversación multilingüe— vino el primer ritual de esta comunidad: una presentación de la Friedrich Nau...