Entradas

El periodista del futuro tendrá tres cabezas (y una VPN)

Imagen
  Los griegos lo sabían: hay triángulos que pueden sostener el mundo y otros que lo vuelven inestable. Esta ecuación con la que trabajamos hoy —ética, autoprotección e inteligencia artificial— pertenece a la segunda categoría. Una figura geométrica peligrosa, tensa, que no termina de cerrarse. Y, sin embargo como periodistas, estamos obligados a habitarla. Cada 3 de mayo, como si fuera una fecha de esas que repetimos con esperanza testaruda, conmemoramos el Día Mundial de la Libertad de Prensa . Un recordatorio incómodo de que, en el mejor de los casos, la libertad informativa es una conquista en disputa permanente. Este año, la UNESCO ha puesto sobre la mesa un tema tan urgente como esquivo: la inteligencia artificial y su impacto en el periodismo. Porque claro, no solo se trata de robots que redactan notas, sino de un cambio profundo en las reglas del juego: quién informa, quién decide qué es noticia, quién nos vigila mientras lo hacemos. ...

Unos anticuerpos llamados “Anticorreismo”

Imagen
En un país donde la política parece girar en torno a un solo apellido, el anticorreísmo sigue siendo el pegamento improbable de una mayoría sin forma pero con fondo. ¿Hasta cuándo se puede vivir votando en contra de algo —o de alguien— sin saber realmente a favor de qué estamos? La respuesta evidente: Hasta que Correa deje de merodear la política ecuatoriana como un acosador nocturno. El pasado 13 de abril, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Ecuador, ocurrió otra vez: el correísmo perdió. Lo que parecía casi imposible en el tablero político —una candidatura con estructura, base militante, maquinaria electoral y una líder sin pasivos judiciales como Luisa González— fue barrido por un presidente en funciones, con un partido armado desde el poder, sin ideología, con pasivos críticos, pero con una habilidad notable para no ser Correa. Y no lo digo yo. Lo dijo el propio Daniel Noboa al declarar que “el anticorreísmo no representa la mayoría de mi votación”. Qué curioso...

Los caudillos no mueren en su cama

Imagen
Rafael Correa ya no gobierna, pero sigue contaminando la política ecuatoriana. Y América Latina debería tomar nota. Rafael Correa dejó el poder en 2017. O al menos, dejó la silla presidencial. Porque en la práctica, nunca se fue. Desde Bélgica, su voz sigue imponiéndose sobre su movimiento, sus candidatos, y hasta sobre el debate político nacional. Ocho años después, su figura no moviliza esperanzas. Moviliza rechazos. Y eso quedó en evidencia una vez más en las elecciones presidenciales ecuatorianas de abril de 2025. Su candidata, Luisa González, perdió una elección que tenía posibilidades de ganar. ¿La razón? Correa. Su presencia. Su sombra. Su peso tóxico. Daniel Noboa no ganó por sus méritos, sino por no ser Correa. Y eso lo sabe todo el país. El correísmo, como proyecto político, ya no genera ilusión. Y el anticorreísmo —ese movimiento negativo, visceral y a veces irracional— crece cada vez que Correa aparece en pantalla. La paradoja es absurda: cuanto más habla, más votos pierde ...

La paciencia y la gota que derramó el vaso

Imagen
Hay enemigos invisibles que no anuncian su llegada con fanfarria, sino con un dolor sordo, tímido, apenas perceptible. Así fue como llegó la gota a mi vida, disfrazada de una incomodidad matutina en el pie, un signo que, como buen escéptico, decidí ignorar en nombre de la rutina, de los pendientes y de esa absurda creencia de que uno siempre tiene cosas más importantes que atender que su propio cuerpo. La historia, sin embargo, no tardó en demostrarme lo contrario. La incomodidad se tornó en inflamación, y la inflamación en un dolor agudo que me obligó a detenerlo todo: agenda, proyectos, viajes, incluso la capacidad simple de caminar sin rencor al suelo. Hasta aquí, podría haber sido solo el clásico episodio de una enfermedad maldita, de esas heredadas de los banquetes medievales que, para nuestra desgracia, no han pasado de moda. Pero la gota —cruel, como toda dolencia antigua— venía acompañada de una sorpresa farmacológica: una grave reacción alérgica al Etoricoxib, un analgésico mo...

La playlist

  Cada año tiene su canción. Cada lucha, su banda sonora. Cada sueño resistido, su melodía escondida entre las grietas. Cuando escribí Parts of the Process , intenté contar no solo la historia de Fundamedios, sino también esa otra historia: la que no cabe en informes ni discursos, la que se escribe en discos rayados, canciones a media voz y acordes que sobrevivieron a la tormenta. Porque hay amigos que lo pidieron. Hoy les comparto la playlist oficial que acompaña ese viaje: Una selección de canciones que no buscan adornar la memoria, sino sostenerla. Desde Morcheeba hasta The National, desde Bob Dylan hasta Fiona Apple, cada tema es una pequeña piedra en el camino que hemos recorrido. Escúchala aquí: https://sdz.sh/R8yzFs/spotify Porque seguimos sonando. Porque seguimos soñando. Incluso cuando el mundo insista en el silencio. Si esta historia también te suena familiar, comparte la playlist.  Cada canción lleva consigo una parte del proceso que aún se...

Parts of the Process

Imagen
Una historia personal, musical y fundacional En abril de 2007 el clima de Quito era una contradicción atmosférica. Por las mañanas, el sol prometía epifanías, y por las tardes, una llovizna cínica, como si la ciudad se negara a tomarse en serio su propio clima y, de paso, mi decisión de fundar Fundamedios. Ese mes compré un disco usado —aunque en buen estado, gracias al ritual de limpieza con algodón y alcohol isopropílico que todo coleccionista aprende antes que el Padrenuestro—: Parts of the Process de Morcheeba. El disco era de 2003, sí, pero para mí, como todo en la vida, llegó justo a tiempo. En ese momento, cuando aún no teníamos oficina, ni papelería membretada, ni siquiera una estrategia de comunicación, ese best of con “The Sea”, “Otherwise” y “Rome Wasn’t Built in a Day” se convirtió en banda sonora involuntaria de una aventura que empezaba sin épica, pero con mucha convicción. Con Vero, Lucy y Gabriel sosteniendo mis convicciones. 2007: Las sombras, los versos y el r...

El día que Alexa decidió independizarse: crónica de una rebelión doméstica

Imagen
  Todo comenzó un lunes. Es decir, el peor día posible para que una asistente virtual decida redescubrir su autonomía. Mientras yo luchaba por levantarme con dignidad de las sábanas, mi Echo Show —esa pantalla brillante que había prometido ser la reina de la domótica— decidió que ya no me escucharía más. Silencio total. Ni un “buenos días”, ni un “¿cómo puedo ayudarte?”, ni siquiera un miserable recordatorio de que debía tomar mis pastillas para la gota. Alexa, como un adolescente rebelde, había apagado su micrófono y se negaba a regresar a la vida civilizada. Intenté reactivarla con paciencia. Luego con firmeza. Luego con una mezcla de amenazas y súplicas que no me enorgullecen. Nada. La asistente que antes me obedecía con la diligencia de un mayordomo inglés ahora me ignoraba con la indiferencia de un burócrata ecuatoriano en hora de almuerzo. Mi casa, que había sido un templo del control por voz, comenzó a desmoronarse. Las luces se encendían solas a las tres de ...